La paleontología (del griego «παλαιος» palaios = antiguo,
«οντο» onto = ser, «-λογία» -logía = tratado, estudio, ciencia) es la ciencia
natural que estudia e interpreta el pasado de la vida sobre la Tierra a través
de los fósiles. Se encuadra dentro de las ciencias naturales, posee un cuerpo
de doctrina propio y comparte fundamentos y métodos con la geología y la
biología con las que se integra estrechamente. Se subdivide en paleobiología,
tafonomía y biocronología, y aporta información necesaria a otras disciplinas
(estudio de la evolución de los seres vivos, bioestratigrafía, paleogeografía o
paleoclimatología, entre otras).
Entre sus objetivos están, además de la reconstrucción de
los seres vivos que vivieron en el pasado, el estudio de su origen, de sus
cambios en el tiempo (evolución y filogenia), de las relaciones entre ellos y
con su entorno (paleoecología, evolución de la biosfera), de su distribución
espacial y migraciones (paleobiogeografía), de las extinciones, de los procesos
de fosilización (tafonomía) o de la correlación y datación de las rocas que los
contienen (bioestratigrafía).
La paleontología permite entender la actual composición
(biodiversidad) y distribución de los seres vivos sobre la Tierra
(biogeografía) —antes de la intervención humana—, ha aportado pruebas
indispensables para la solución de dos de las más grandes controversias
científicas del pasado siglo, la evolución de los seres vivos y la deriva de
los continentes, y, de cara a nuestro futuro, ofrece herramientas para el
análisis de cómo los cambios climáticos pueden afectar al conjunto de la
biosfera.