Todos los continentes durante el período Triásico eran parte de una sola masa de tierra llamada Pangea. Al ser una única masa terrestre, las diferencias entre los distintos animales y plantas eran mucho menos evidentes que en la actualidad. Por otra parte, el clima era relativamente cálido y seco, y muchas áreas de Pangea eran grandes desiertos.
La gran mayoría de los dinosaurios aparecieron a finales del Período Triásico, momento en el que Pangea se dividiría en dos debido a una serie de terremotos y erupciones volcánicas. Entre ellos destacan los terópodos y los prosaurópodos. Con el paso del tiempo, los dinosaurios comenzaron a colonizar la tierra, debido a la ausencia de competencia y con nichos ecológicos vacíos. Entre los dinosaurios más comunes del Triásico están el Lystrosaurus, el Cynognathus, el Ornithosuchus, el Herrerasaurus y el Plateosaurus.
A finales del periodo Triásico se produjo una desaparición de especies masiva, pero ésta no afectó a los dinosaurios. Aunque las causas son objeto de gran debate la comunidad científica, se sabe que los dinosaurios sobrevivieron. Debido a la proliferación de zonas de vegetación en este período, los dinosaurios pudieron evolucionar y aumentar en población.
Pangea quedó dividida en dos creando Laurasia en el norte y Gondwana en el sur. A pesar de esta separación, las similitudes en los registros fósiles de los dinosaurios muestran que hubo algunas conexiones terrestres entre los dos continentes a principios del Jurásico.
Los dinosaurios del Período Jurásico más importantes fueron el Apatosaurus, el Diplodocus y el Brachiosaurus. Se trata de algunos de los animales más grandes que han recorrido la faz de la Tierra.
Es el período geológico en el que se produjo la desaparición de los dinosaurios y otras muchas especies de fauna y flora. En el período Cretácico, la Tierra se volvió a dividir hasta formar los continentes que conocemos hoy, aunque en diferentes posiciones. De esta forma, los dinosaurios evolucionaron de forma independiente en diferentes partes del mundo, volviéndose más diversos.
Fue a mediados del Cretácico cuando se formaron aproximadamente el 50 % de las reservas mundiales de petróleo que se conocen hoy en día. De ellas, las principales se encuentran en los alrededores del golfo Pérsico y en la región entre el golfo de México y la costa de Venezuela.
Algunos de los dinosaurios más conocidos de este período son el Protoceratops, el Triceratops, el Pachycephalosaurus, el Baryonyx, el Tyrannosaurus o el Velociraptor.
La evolución de los dinosaurios termina en este período geológico. Al finalizar el período Cretácico la mayoría de la fauna, tanto terrestre como marina, incluyendo todas las especies de dinosaurios, sufrió la desaparición masiva.
Los últimos dinosaurios murieron hace aproximadamente 65 millones de años. Aunque la causa de su extinción sigue siendo un misterio, el cambio climático, las enfermedades, las comunidades vegetales cambiantes y los eventos geológicos podrían haber influido en la desaparición de los dinosaurios.
Las teorías sobre la desaparición de los dinosaurios han sido objeto de mucho debate y controversia. Sin embargo, hay una que ha ganado mayor reconocimiento de la comunidad paleontológica. Se trata de la teoría que establece que la desaparición de los dinosaurios fue provocada por un enorme meteorito que se estrelló contra la Tierra cerca del Golfo de México.
Este meteorito de grandes dimensiones levantó la cantidad de polvo y escombros suficiente para bloquear la luz solar durante mucho tiempo. Esto provocó una sucesión de eventos que tuvo efectos devastadores sobre muchas especies, que acabarían por extinguirse ante la falta de sol y luz.